22
May 2018
Después de todo un día de viajes, de esos de los que ya
estábamos acostumbrados (tren, metro, skytrain, avión…) llegamos a Seúl desde
Beijing. El solo hecho de sobrevolar la ciudad ya te muestra el gran contraste
con Corea del Norte. Cuando llegamos al aeropuerto, había scanners de
temperatura del cuerpo para evitar que entres con síntomas de enfermedades, y
no te sellan el pasaporte, te dan una tarjeta electrónica. Encontramos wifi
gratis muy fácil, en el aeropuerto, el tren y en las estaciones de metro.
El Seúl nos quedamos con nuestra mamá Coreana – GRACIAS EJ!!
– y nos quedamos en el corazón de la rumba, en el barrio de Itaewon.
El Seúl tuvimos la linda oportunidad de vivir lo que los
alumni de AIESEC llaman un AIESEC family day. Se trata de una actividad anual
que hacen, donde contratan a un guía profesional que los lleva por lugares
emblemáticos de la ciudad y les cuenta toda la historia. A esta actividad van
los alumni con sus familias. Algo muy lindo y nos mostró de forma muy local la
ciudad!
También nos contaron que si se renta trajes típicos
coreanos, las entradas a los museos son gratis. Que buena idea de volver a la
ciudad un colorido recorrido!
Luego en la noche nos quedamos con el grupo de amigos de EJ
quienes nos dieron MUCHA comida y MUCHO alcohol y como no rumbeábamos hace
rato, pues rematamos en un bar latino, con DJ colombiano, bailando salsa y
merengue. Buena fiesta!
Al otro día fuimos a ver el otro contraste, el museo de la
guerra del lado de Corea del Sur.
Como toda historia tiene dos lados,
necesitábamos ver esta. Por ejemplo, de este lado, nuestras tropas fueron
héroes.
Fue muy interesante ver su versión de los hechos y aunque guerra es
guerra y es mala por donde se le mire, es de resaltar que en todo lado, el mensaje
de este museo es “por favor no repitamos esta historia”. Nuestra guía, una niña
de 12 años, voluntaria, estaba practicando su inglés como guía del museo y
conociendo la historia triste de su país para no repetirla. Gran mensaje.
En el resto de días de la ciudad, nos fuimos a recorrer los
lugares más famosos, pero cada esquina nos mostraba cosas únicas, llenas de
personalidad, de color, de su toque único. Las esculturas, el arte callejero,
los restaurantes y cafés,
la torre,
la cantidad de calles de compras, el río,
los cafés de gatos! (si, estuvimos en uno de los cafés donde el gasto que uno hace va para la recuperación y alimentación de gatos callejeros :D)
el barrio antiguo… es una ciudad con mucho que ofrecer.
Hay que hacer mención especial para el barrio Gangman, donde
fuimos a vivir la tecnología de Samsung del futuro (WWWOOOOWWW) y obviamente a
bailar Gangman style en la calle.
Esta vibrante ciudad de más de 25 millones de habitantes en
su área metropolitana es para volver y recorrerla de cabo a rabo. Aunque es un
poco chocante ver a los hombres obsesionados con la belleza (se maquillan y se
operan) y se nota el culto a la belleza y por qué no, a la superficialidad, la
combinación de tecnología, arte, cultura y pop, la hacen fascinante. Volveremos
Seúl!
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