24
May 2018
(Vista desde la torre de Busan)
Esta es una historia corta, fácil y digna de contar.
Decidimos llegar a Japón en ferry. El barco sale en la noche
de Corea y llega en la mañana de Japón. Teníamos habitación privada y el barco
tenía salas de Karaoke, comedor, sauna… que podía salir mal?
Bueno, llegamos a Busan con un par de horas para ir a
conocer el parque y la torre, así que decidimos ir hasta el puerto, hacer check
in, dejar las maletas y salir a conocer, acá comenzamos a fallar. Después del check in, nos fuimos
para el lado contrario (me falló el GPS interno, otra vez :( ), comenzamos a perder tiempo, comenzó a llover, nos devolvemos
hacia el lugar correcto. Con lluvia y todo, Busan se ve como una ciudad muy
linda! Con mar y montaña como nos gusta, con casitas de colores, tiene un aire a Rio de Janeiro... bueno, habrá
que volver!
El caso es que el tiempo correo porque las maletas solo nos las
guardan hasta las 7 pm, así que decidimos tomar metro, nos bajamos en la
estación equivocada, salimos y nos damos cuenta que estamos como a 3 kilómetros
del puerto y son las 6:42 pm, está lloviendo y tenemos nuestros morrales de computador al
hombro.
Entonces en ese momento mis piernas se acuerdan que el record personal
es 5:02 minutos el kilómetro, así que me ajusto la chaqueta y el morral, Caro me da
ánimos y me dice que nos vemos allá, que vaya y rescate nuestras maletas, y ahí
voy!
Corriendo bajo la lluvia en una ciudad que no alcanzamos a conocer y
tratando de llegar al puerto de donde vamos a partir. Lo logro! Llego 7:02 pm,
saco nuestras maletas y Caro llega unos minutos después. Compramos agua y
entramos al barco. Es efectivamente gigante! Entramos a nuestra habitación y
tenemos un camarote. Como estamos rendidos decidimos dormir una hora antes de salir
a explorar el barco, qué puede salir mal?
Bueno, que no tenemos ni un Yen!
(moneda japonesa) y no reciben tarjetas ni dólares ni hay cajeros en el barco
(obvio!) así que allí estamos, muertos de hambre, a las 9:30 pm, en un barco a
punto de zarpar para Japón, sin un Yen!
Afortunadamente el señor de la
recepción se compadece de nosotros y nos cambia 20 dólares con lo que podemos
comer, tomarnos una cerveza y comernos 2 helados, yo me voy para el sauna a ver
como partimos y Busan me regala esta vista de despedida
Después me voy a tratar de dormir mecido por las horas, muy romántica la idea (no pude! Caro
si).
A las 6:30 am cuando me despierto, estamos hace rato anclados al puerto de
Fukuoka. Comienza nuestra aventura Japonesa.
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