06
May 2018
Desde el cruce del puente de la amistar Chino-Coreana se
comienza a sentir mucha intriga y porque no decirlo, algo de miedo al estar
entrando a este país tan enigmático y del cual sabemos tan poco de fuentes
oficiales.
Nuestro grupo de acompañantes son 2 chinos, 2 taiwanesas, 1
chino que habla Coreano y que al principio pensamos que era el espía, luego
pensamos que era el jefe de las guías Coreanas y al final nos dimos cuenta que
el pelotudo ni hablaba bien Coreano.
El cruce del puente no son más de 2 minutos, pero la primera
instrucción que nos dieron en China antes de salir fue, por favor no fotos al
personal militar en la estación después de pasar el puente, así que tomamos este video y a esperar la requisa.
La requisa tomó casi 2 horas, pero era una requisa aleatoria
y hasta rara. A algunas personas les miraban de todo, les hacía sacar de todo.
A nosotros siempre nos miraban, miraban los pasaportes y hacían cara como de
“estos qué carajos hacen acá…”. Nos preguntaron cuántos aparatos electrónicos
llevábamos y si teníamos USBs. Almorzamos mientras la requisa y arrancamos para
Pyonyang. En este recorrido de más de 4 horas, en un tren viejito, muy lento
pero con camas cómodas nos acompañó casi siempre un paisaje como este en el video.
Mucho campo, pocos pueblos, poca gente. Donde hay gente
habían ciclas. Pocos carros y los pocos carros muy viejos. Caras de curiosidad
al vernos en el tren.
Cuando llegamos a Pyongang nos recibió nuestra guía que nos
pidió que durante nuestra estancia la llamáramos Mrs (señorita) Lee. Nos
llevaron a comer y nos dijo que era los primeros Colombianos que conocía en su
vida, que quería que le hiciéramos todas las preguntas y que quería que fuéramos amigos. Nos
especificó que nos llevarían a nuestro hotel, donde pasaríamos la noche y de
donde no nos era permitido salir y se quedó con nuestros pasaportes.
Este era nuestro hotel
Al segundo día nos fuimos a visitar la ciudad donde se
encontraba el castillo de la primera dinastía que unió a toda Corea y luego a
la zona desmilitarizada (DMZ). Nuevamente en el camino la misma historia, poca
gente, mucho campo, ciclas…
La carretera es muy defectuosa así que tomó un buen tiempo
en llegar allá. Yo iba oyendo música y aprovechamos para ponerle una canción de
Carlos Vives a nuestra guía. Esta fue su cara
y una vez entramos a
la zona desmilitarizada nuevamente nos piden que no tomemos fotos del personal
militar ni de las instalaciones militares. Nos cuentan que en la zona
desmilitarizada hay 300 familias norcoreanas que cosechan la tierra y se
empeñan en contarnos que ellos ganaron la guerra de Corea, que derrotaron a los
Estados Unidos, que los Estados Unidos y sus aliados son el demonio de la
humanidad, que su ejército está listo para una confrontación militar, que para
eso han desarrollado armas atómicas, que nunca las usarían contra su hermano
pueblo de Corea del Sur, pero si contra cualquier otro, que tienen un ejército
listo para atacar instantáneamente apenas el líder supremo lo indique.
Acá estamos a metros donde, exactamente un mes después, se iban a reunir de forma histórica los líderes de las dos Coreas e iban a pasar la zona de demarcación.
Durante todo el día (y todo el viaje) nos dieron muy buena
comida. Muy sabrosa y con porciones enormes.
Nos llevaban a restaurantes donde
éramos los únicos clientes (solo en el último almuerzo vimos otros comensales
en el restaurante) y siempre en televisión estaba el mismo video. Mujeres muy
lindas cantando en tonos angelicales y lo que parecía la banda marcial del
ejército, muy parecida a la del ejército rojo de la Unión Soviética en su
tiempo. Nuestra pregunta todo el tiempo fue: ¿esto es normal? ¿Así se come acá?
¿Por qué siempre estamos solos en los restaurantes? ¿Por qué nos dan TANTA
comida?
Ese día les pedimos que diéramos una caminada por una calle
y después de hacer algunas llamadas a sus superiores nos permitieron caminar
por 15 minutos, siempre al lado de ellas, por la calle más moderna de
Pyongyang. Nos explicaban que esa calle viven los profesores y científicos, que
ellos son muy respetados y que por eso viven en los mejores lugares. No pudimos
evitar pensar en el sistema de facciones de Divergente.
Luego de la caminada, nos llevaron otra vez a nuestro hotel
donde tuvimos la primera experiencia de Karaoke con asiáticos!! Más detalles
del Karaoke en Asia en otra entrada de blog.
Al otro día nos tocaba el día de ciudad. Este día visitamos
una de las granjas comunitarias donde nos mostraron como producían legumbres y verduras
en invernaderos.
Nos permitieron entrar a una de las casas tradicionales
Y nos contaron que en este sistema, las personas deben
entregar todo lo que producen al gobierno, este lo pesará y medirá la calidad y
les dará un sobre con dinero para que vayan a comprar por los bienes que
necesiten.
Luego de esta visita nos llevaron al museo de la guerra…
Este tipo de visitas a Caro y a mi nos dejan con mucho
sinsabor y mucha nostalgia. Es una demostración de que como especie, aún no
somos capaces de convivir ni co-existir y que, 1.000.000 de años después, aún
parece que lo que sigue uniéndonos es la capacidad y el deseo de destruir.
Este museo es una oda a las proezas y facultades del
ejército norcoreano y a la crueldad de los Estados Unidos y sus aliados. Acá
fue un poco chocante ver nuestra bandera Colombiana destrozada en el piso, en
el pabellón donde muestran los países que se enfrentaron al bando de Corea de
Norte y escuchar a la guía del otro grupo en Chino hablando de nosotros y
mirándonos con algo de desidia mientras les contaba los países aliados a la ONU
que participaron en la guerra.
En la parte final del museo, donde nos prohibieron tomar
fotografías, vemos una estatua en cera del al menos 20 metros de altura del
presidente vitalicio Kim Il Sun, quien se parece mucho al actual líder Kim Jung
Un. En esta parte del museo, muy moderna comparado al resto de lo que hemos
visto, nos muestran una película en un domo que se mueve 360 grados con una
recreación de la guerra. Una obra maravillosa de arte, lástima el tema.
Luego de esta experiencia incómoda y de visitar algunos
otros puntos emblemáticos de la ciudad como el monumento del partido (donde no
nos era permitido cruzar la calle)
y la visita al metro de la ciudad (donde nos
subieron al primer vagón y nos miraba la gente con mucha curiosidad)
fuimos a
uno de los puntos altos del tour. Nos llevaron a visitar una escuela secundaria
donde unas niñas nos cantaron algunas canciones folclóricas.
Tuve la oportunidad de jugar fútbol con ellos
Y caro les hablaba a todos los grupos que se quedaban
mirándola
Esta visita nos mostró que niños son niños en toda parte del
mundo, sus caras de inocencia y su curiosidad es igual en todo lado. Que
importante que es la educación para usar toda esa energía y curiosidad y darle
la vuelta a la historia!
Después de esta visita nos volvieron a dar cantidades de
comida, esta vez en la oficina de la empresa de turismo del gobierno que estaba
guiando nuestro tour. Un punto interesante acá: Nuestra guía nos contaba que su
meta para el 2020 es estar recibiendo al menos 2 millones de turistas al año;
eso es multiplicar por 10 lo que reciben ahora. Cuando ella nos dijo eso, le
preguntamos a nuestra guía:
-y tu podrías montar tu propia empresa de turismo? Ella no
nos entendió.
-Mi propia empresa? Dijo
-Si, tu eres la operadora local y nosotros hacemos el
marketing para que lleguen los turistas
-Yo no puedo montar una empresa, todas las empresas son del
gobierno
Acá se acabó la conversación. Evidentemente, el
emprendimiento está prohibido.
Al otro día comenzó nuevamente nuestra travesía hacia China.
Nos devolvieron nuestros pasaportes en el bus, nos subimos al tren, nos
despedimos de nuestras guías y comenzaron las 4 horas hasta la frontera
nuevamente. Como esto ya lo conocíamos, sencillamente dormimos y leimos. Pero
nos faltaba una aventura más antes de salir de Corea del Norte.
En la requisa de salida, a nuestro vagón llega el que parece
ser de un alto rango militar, se queda mirando nuestros pasaportes y le da
curiosidad. En un inglés muy difícil nos pregunta que idioma hablamos en
Colombia, le contestamos que Español, el nos habla en Francés y allá muy
adentro, nuestras neuronas se activan y recuerdan nuestras clases de Francés de
hace 10 años con Geraldine (Merci Geraldine!!). Así que, aquí estamos nosotros, 2 colombianos, en la frontera de
Corea del Norte con China, hablando con un alto oficial Norcoreano, en Francés,
sobre la batalla de Waterloo! No pudimos dejar de pensar en esta escena.
Pero así nuestro Francés primitivo nos acercó a este
militar, que nos revisó muy someramente, nos siguió hablando en Francés, feliz
de practicarlo (con nosotros, gracias) y nos despedimos sobre las 4:30 de la
tarde de esta experiencia única, esta vez volviendo a Dandong de día, donde nos
mostró otra cara
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