Ahora era momento de tomar tren bala por primera vez en
China. Salimos de Xi’an camino a Beijing y llegamos a eso de las 10 de la
noche. Acá comenzaron a impresionarnos las dimensiones de la ciudad nos impresionaron, este es
el mapa del metro.
Unos minutos (varios) después de descifrar como llegaríamos
al hostal, nos dimos cuenta que había mucho personal militar (al parecer es la
norma) y veíamos muchas vallas como de contención de multitudes, pensamos que
se estaban preparando para algún evento pero luego nos dimos cuenta que es así
todos los días, sencillamente HAY MUCHA GENTE!
En nuestro primer día en Beijing salimos a conocer Tiananmen
square. Es una plaza gigantesca de 440.000 metros cuadrados que para que se hagan una idea es casi 10 veces más
grande que el Zócalo (la más grande Latinoamérica) y 30 veces más grande que la plaza
de Bolívar en Bogotá. Allí nos tomamos la foto respectiva con Mao,
nos dimos
una caminada muuuuy larga tratando de salir del primer patio de la ciudad
prohibida y tuvimos nuestra segunda experiencia de negocios en el viaje.
Tuvimos nuestro conversatorio sobre el ecosistema digital en América Latina.
Fue muy grato compartir con personas de casi toda la región y Chinos también y
muy enriquecedor comparar las diferencias y similitudes en como vemos y usamos
digital aquí y allá.
Esa noche nos fuimos de noche cervezas con nuestro super
anfitrión (GRACIAS ANDRÉS!!) Terminamos probando las cervezas locales,
recordando nuestros tiempos en Europa en un Irish Pub, hablando de los diversos
que somos los seres humanos viendo los resultados de los exámenes de ADN que
todos los podemos hacer en este sitio y hasta terminé pisando mierda de perro
Pekinés. En resumen, buena noche.
Al otro día, trasnochados y todos salimos para la gran
muralla China. Allí nos enteramos que la muralla tiene ciertos puntos donde
permiten accederla. Nosotros fuimos a uno que está mas o menos retirado de
Beijing (mucho mejor!) y nos llevamos la sorpresa de que no había mucha gente!
Subimos eso si muchas escaleras, pero la experiencia, la
vista y la sensación de estar caminando sobre una de las 7 maravillas del
mundo, es inigualable.
Al otro día hicimos la otra visita obligada, la ciudad
Prohibida. Acá si debemos ser muy honestos, es como todo en Beijing, MUY grande, pero no fue espectacular, además que no es fácil ver dentro de los
salones y el factor de estar con tanta gente no es tan chévere.
Quizá nos pareció más chévere la vista desde el parque Jinshan y
el templo del cielo.
Esa noche salimos nuevamente con nuestros anfitriones que
nos llevaron a descubrir los Hutones (los barrios viejos y callejones de
Beijing y tomamos estas vistas nocturnas del lago Behai).
Ya al otro día debíamos salir para Dandong, así que
cancelamos la intención de ir al palacio de verano y quedamos con la sensación
de que nos faltaron al menos 2 días para estar en Beijing. Es en definitiva muy
grande y se siente mucho más cosmopolita y dinámica que las otras ciudades.
Cuando nos contaban todas las iniciativas de la ciudad para volverla más culta,
más limpia y más un hub de emprendimiento y conocimiento, nos pareció aún más
atractiva. Tendremos que volver.
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